Ceras vs lubricantes cerámicos


   Aunque probablemente no encontremos dos iguales, las ceras son el lubricante para nuestras cadenas que más se está populari­zando durante los últimos años.


   Sus argumentos principales son varios, destacando por encima de todo la durabilidad en prácticamente todas las condiciones además de su propiedad de ser biodegradable, una norma de obligado cumplimiento establecida por la CE que entrará en vigencia muy pronto. Además de las ceras, actualmente también están tomando protagonismo los lubricantes cerámicos, a veces confundidos con las primeras pero siendo productos completamente distintos.


¿Cuál es la diferencia entre ambos?

   Ambos tienen propiedades lubricantes y son resistentes al agua, potenciando estas caraceterísticas dependiendo de las distintas fórmulas. A nivel químico, las ceras son de origen animal/vegetal (como las parafinas derivadas del petróleo), exactamente igual que la cera usada en las velas, cosméticos o pintura. Ésta cera es sometida a un proceso de modificación mediante aditivos, (cera microcristalina, goma, polietilenos, etc) para proporcionarle propiedades elásticas y/o adhesivas según el objetivo que se busque. La cera es mezclada con agua, por lo que la mayor o menor cantidad de ésta determina la viscosidad o liquidez del producto (cada marca tiene una fluidez distinta). Una vez seca queda adherida a nuestra cadena, razón por la que su durabilidad se prolonga.


   Los lubricantes cerámicos incorporan además de los componentes que ejercen de engransante (aceites sintéticos o minerales), partículas de cerámica, un material inorgánico que una vez sometido a unos procesos térmicos proporciona una resistencia mecánica (a la compresión) elevadísima. Por ello, es superior a otros revestimientos como el Teflón a la hora de resisitir la presión entre cadena y piñón, con una estructura que aguanta mucho tiempo sin agrietarse ni separase, por lo que su protección es muy duradera. El mayor peso de los materiales cerámicos hace recomendable (en algunos casos obligatorio) agitar el evase del lubricante, para repartir bien estos componentes.


¿Cuál es mejor?

   Dependerá de las preferencias y necesidades de cada tipo de usuario. En teoría, ambos tipos de lubricantes son muy duraderos y mantienen limpia nuestra transmisión. En general (con cierto margen de diferencias entre marcas), las ceras son más duraderas, aunque su elevada viscosidad una vez secas (para su correcto funcionamiento tienen que secarse, por lo que también se les conoce como lubricante seco) tiende a acumular algo más de suciedad. Aunque en muchos casos, se produce un residuo arenoso en lugar de gelatinoso, por lo que no tiende a atascar la transmisión. Por el contrario, los aceites cerámicos al ser más líquidos, provocan algo menos de residuo, y suelen durar en perfectas condicio­nes algo menos que las ceras. En ambos casos, especialmente en las ceras, es muy importante seguir las instrucciones de uso, comenzando por aplicar sobre la cadena bien limpia y seca.